Cahiers du Cinéma España, según Manuel Hidalgo en su galería de imprescindibles de EL MUNDO: «Se habla y se escribe del cine que merece ser visto y leído. Porque es una revista, por fin, para leer, para disfrutar de la buena prosa y las buenas ideas que las buenas películas pueden provocar».
Carlos Boyero, el pasado jueves, en su chat semanal, esta vez desde Cannes, no opina igual que Hidalgo: «Espero que la disfruten sus admiradores. No es mi caso, aunque le tenga cariño desde hace infinitos años a su director Carlos Heredero. El modelo francés dejó de interesarme hace muchísimo tiempo, desde que dejaron de escribir en ella gente como Truffaut, Rohmer, Goudard y otros futuros directores de la Nouvelle Vague. Me aburren las revistas especializadas de cine, no entiendo lo que dicen ni cómo lo dicen».
Eso sí, Boyero reconoce que en el primer ejemplar del Cahiers Du Cinéma hay un artículo «magnífico» sobre «algunas series norteamericanas» de la televisión. En efecto, son ocho páginas que diseccionan las claves para entender los ya clásicos televisivos Los Soprano, A dos metros bajo tierra o El lado oeste de la Casa Blanca, las dos primeras muy admiradas por el maestro Boyero.
Pero hay muchísimo más: un informe de la ley del cine, un análisis de la crítica cinematográfica por parte de Diego Galán y una encuesta a 29 cineastas sobre el futuro del cine. Así lo describe Álex de la Iglesia: «Todo va a cambiar tan radicalmente, que da vértigo. El celuloide vive sus últimos días. Las salas de proyección tal y como las conocemos morirán también y se proyectará desde el disco duro».
Quizá es una revista un poco teórica, pero se aprende mucho leyéndola. Un acierto que sea mensual.