Se acerca el tifón 29. Ritsuko está haciendo la mudanza y encuentra una cinta. La voz de su hermana. Sakutaro vuelve a casa y Ritsuko ha desaparecido. Flash-back a una historia ocurrida 20 años antes. Un Japón moderno, sensible. Ruido de cuervos y grillos. El mar. El instituto, el high-school, como le llaman los japoneses. Amor sin suicidio. Las ganas de vivir de una pareja irrepetible. Y Ritsuko vuelve al origen.
En medio de la oscuridad de la sala, apunto una frase que sueltan en la película: «Los amnésicos pueden vivir de los recuerdos». Otra: «Los comienzos son sólo la continuación de otras cosas».
Llorando al amor en el centro del mundo es la primera película del ciclo de cine japonés del CAC.
Con la colaboración de Casa Asia y la Japan Foundation, los amantes de lo japonés pudieron disfrutar en esta cinta de Isao Yukisada (en versión original, sugoi, sugoi!!!) de la luminosidad de unos personajes creíbles, emborrachados de poesía, radicalmente enganchados a un programa de radio nocturno en el que se leen relatos.
La librería del cielo (Tetsuo Shinohara, 2004), Estar contigo (Doi Nobujiro, 2004), La repartidora de leche (Akira Ogata, 2005) y La torre de Tokyo (Takashi Minamoto, 2005) son los títulos que se proyectarán durante el ciclo de cine japonés los miércoles 9, 16, 23 y 30 de mayo. Arigato!!!
La taquillera y los espectadores de un multicine malagueño todavía recuerdan a un enfervorizado cliente que compró sus entradas en japonés y se levantó, en mitad de la película, puño en alto y gritando ‘BANZAIII’.
A alguno de la sala todavía le dura el sobresalto.
También permanece, impregnado en las butacas, el olor a azufre del Suribachi…