Basilio Martín Patino quiere que todos vean sus películas. En Internet. Y gratis total, como viajaba el ministro Solchaga en los años de la Beautiful people. Ahora, relata el director de cine salmantino, se olvidan las «viejas películas» y también las propuestas innovadoras. Sólo cuenta el cine comercial. Nueve cartas a Berta (inspiración de tantos estudiantes de la Universidad de Salamanca y de la Pontificia de calle Compañía) o la rarísima e inclasificable Octavia se podrán descargar «tantas veces como se quiera».
¿Secundarán esta iniciativa las grandes productoras? ¿Comprarán otros directores los derechos de sus películas, como lo ha hecho Martín Patino?