Alumbramiento, de Eduardo Chapero-Jackson, ha logrado el Premio Europeo al mejor cortometraje. Este premio consigue cambiar la idea inicial de la Academia del cine de ningunear a los cortos españoles. Querían que los cortometrajes no tuvieran entidad propia, trasladar sus premios fuera de la Gala de los trajes de pingüinos.
A la Academia de Ángeles González-Sinde no le interesan los cortos y eso que muchos cineastas, como Amenábar, Almódovar o Daniel Sánchez-Arévalo, aprendieron el oficio con el corto. Sánchez-Arévalo (también novelista) que triunfó con Azuloscurocasinegro (con magnífica interpretación de Raúl Arévalo, Babirusa en El Camino de los Ingleses) quiere seguir haciendo cortos. No es un género cinematográfico menor. Hay escritores que sirven más para los relatos. Otros que prefieren escribir novelas. Y los hay que le dan a todo: relatos, novelas, reportajes…
La victoria del ex Sogecine Chapero-Jackson (a quien conocí en Tokio, cuando escribí la crónica del triunfo de Alejandro Aménabar con Abre los Ojos) no lo es sólo por su película, sino también para todos los cortometrajistas, plusmarquistas del celuloide, amantes de bucear en la historias de la vida. En menos de 30 minutos.
Grande, Agustín. Cronista y maestro. Novelista del Nuevo Periodismo. Un orgullo compartir doctorado con usted.
Saludos de un parado aspirante a cajero del Opencor de Baños del Carmen …