Joan Mesquida parece un político de derechas. Bueno, preciso, de la derecha moderada, aseada, la de las antípodas de Zaplana y el casi difunto Acebes. Fue en febrero de 2003. Apenas llevaba tres meses trabajando como jefe de sección de Turismo de EL MUNDO/El Día de Baleares. A Mesquida le había metido caña en una rueda de prensa en Alemania. A la vuelta, en el avión Düsseldorf-Palma, me tocó a su lado en el asiento. Las dos horas de vuelo las pasamos hablando de Mallorca, de sus estudios en Madrid y en California, de la ecotasa (aún viva en ese momento, es más, él fue el que ejecutó jurídicamente la fórmula del desaparecido impuesto turístico) y de Málaga (se interesó por Pedro Aparicio).
En sus años al frente primero de la Guardia Civil y luego también de la Policía ha demostrado que tiene capacidad para pilotar equipos, buen tacto y discreción. Es serio y duro. También amigo de las formas y atento. Cuando dejó su cargo de conseller de Hacienda del primer Govern de Xisco Antich, volvió a su puesto de funcionario en el Ayuntamiento de Calvià. Le rescató José Bono nombrándolo director general de Infraestructuras del Ministerio de Defensa.
Ahora llega a un puesto que supuestamente es goloso, atractivo. Sin duda lo es. Pero su responsabilidad no es poca. Casi será ministro. Miguel Sebastián delegará en él muchas funciones. Y la buena mano que tiene Mesquida con el sector turístico mallorquín se notará en una mejora de las infraestructuras isleñas, pero seguro que también mimará al resto de zonas turísticas. Y al pujante turismo de interior y de ciudades. Mesquida se dejará asesorar y seguro que marcará un acertada velocidad de crucero al turismo español, algo desatendido por el Gobierno Central.
Confiemos en que no sea solo Secretario de Estado para Baleares.¿Será capaz de trabajar para todo el turismo de España y no anteponer su cuna?
Un abrazo.
Cualquiera sabe… Aunque yo creo que sí, que será inteligente y no sólo atenderá los intereses de Baleares, pero no tengas dudas que Mesquida será el ministro «de Baleares» o, si me apuras, «de Mallorca». Lo mismo que Magdalena Álvarez es la minista «de Málaga».
mientras no anteponga su bolsillo no vamos mal del todo.., bueno evitaré mi tono irónico, que alguna vez no es bien visto, si es capaz de «trabajar» ya tiene un punto a su favor, si además lo hace para todos, ya se destacará sobre los demás y si para rematar se acuerda de los abnegados trabajadores del «turismo» casi, casi lo convierto en un ídolo.. mantendremos la esperanza