Esa sonrisa trémula y despierta. La noche mira los ojos del agua salada. Champán de carcajadas. Desnudos furtivos desafiando la luna de Isora. Fue el sábado. Rompimos la noche y el día. Ballenas tropicales danzando frente al catamarán. Tendidas bajo el sol, flotadores en el océano. Sobremesa de tertulia. Piscina que no cesa, siempre salada.
Camas balinesas con vistas al Atlántico. Masajes gallegos chill-out. Fotografías a los músicos. El jazz del restaurante. Y las confidencias de madrugada. El baile. La novela de la vida. Resaca de un domingo nublado. Despedida entre mujeres de rojo. Avión con conversación de música y grupos. Esos atardeceres. Miradas de Isora.
por fin una crónica viajera, fuera detalles tecnicos, crónica con sentimiento, me gusta, la foto muy buena
Alucinante esa puesta de sol!!!
Cada vez veo más tu blog, me gusta!
Gracias, anónimo, por gustarte el blog. ¿Quién eres? No hace falta decir el nombre. Con una pista o guiño me vale…
He visto que ha estado en palacio de isora, ¿me podria descrbir como ha sido su experiencia? Gracias
Una experiencia llena de sensaciones. Es muy recomendable una estancia de al menos cinco días. Es como estar en el Caribe pero a poco más de dos horas de avión. No te lo pierdas.
Hola Agustín!
Felicidades por esta publicación, me ha gustado mucho…como ya te han dicho por ahí llena de sentimientos…
A ver si visito personalmente el hotel, que ahora hay descuento por ser residente canario…y te cuento. Un besazo