Gracias a piezas como Thank you, de Dido las tardes de los domingos, como la de hoy, 7 de septiembre, en la que todos nos acordamos de nuestro aniversario, pueden ser más llevaderas. Lo fue en el invierno de 2002, en el ático de Ferraz, el piso compartido donde vivía en Madrid.
El compañero se compró el single y la repetía una y otra vez en el reproductor de música que teníamos en el salón con vistas al Palacio Real. Es comercial (aquí está la letra de la canción), sí, lo sé. También relaja y el acompañamiento musical está muy bien resuelto. La imagen de Dido es muy atractiva sin ser apabullante.