Uno jugando a los dados. O a los dardos. Otros bebiendo whisky. El fotógrafo que salía del cuarto oscuro con la foto en blanco y negro, mojada, sin secar, y corría a la mesa del redactor jefe para enseñar la imagen de portada.
– ¿Es buena, eh?
– Un fotón, pero ¡vete de aquí de una puñetera vez!
Otro redactor chillando. Y algunos aporreando palabras, juntando letras y grandes arranques de crónicas, como las que escribía Manuel Alcántara en aquella redacción del Marca del Paseo de la Castellana.
El periodismo de ayer era más divertido, aunque hoy es mejor. Lo ha dicho esta mañana Manuel Alcántara en la inauguración de su Fundación.
Aún no hace muchos años, a principios de los noventa, en una redacción de periódico, en La Malagueta, a eso de las nueve de la noche, una compañera, recién salida de la Facultad de la Complutense, gritaba en la mitad de la redacción: «¡La hora del tripi!». (No había tripis, tranquilos).
En aquella redacción jugué al baloncesto encestando faxes en una papelera gris y soñé que me hacía periodista. Los sueños también se cumplen. Como los de Manolo, siempre escribiendo en periódicos: 50 años.
Pues sí, a lo mejor sí. A Armstrongfl le sedujo el tack tacka tak de las máquinas de escribir de antes. Y lo que dice del papel y las fotografías. Pero por otro lado, no, porque ahora la fotografía es mejor, tiene color, los medios son muchos más y más versátiles, hay cambios en el mundo del periodismo, y es atractiva. No deja de moverse.
Uno se encuentra dividido.
Un abrazo,
Armstrongfl
El periodismo de ayer sería más divertido y empiezo a pensar que no tenía más censura que el actual. Al menos era censura de la dictadura fascista, y no económico-política como la actual. Hoy es un día de la infamia de la prensa local (no de toda, que conste). Ayer el PP da una rueda de prensa para denunciar que el portavoz del PSOE cobró el año pasado 142.000 euros de la Diputación. Busquen esa noticia en los periódicos del día. Es un bonito ejercicio ver quién lo da y quién no…