Recibió un mensaje a las 23.57 horas. Bienvenido a 2000. Al sonar la primera campanada, oyó otro pitido. Atragantándose con la tercera uva, ella estaba ahí, esperándole como aquella vez que lucía el vestido rojo, el que hechizó su mirada. Feliz 1991. El tercer mensaje lo miró de reojo. 1986, la primera Nochevieja. Aquella bufanda blanca. Tiró el móvil contra la pared. Déjame, pasado. Campanada doce. 2009. Vuelta al futuro.