Semana de presentaciones de libros. El lunes, Moleskine, de Guillermo Busutil. «Sus cuentos son novelas condensadas. Perfume de literatura. Extracto de suceso. Puro cuento», escribe Héctor Márquez en el prólogo de esta exquisita selección de relatos (1999-2006) de Busutil, uno de los mejores cuentistas españoles vivos.
El martes, Treinta años de nada, de Paco Rosell, mi primer jefe en EL MUNDO. Aparicio fue muy valiente estando en la mesa de presentadores. Socialista obliga. Arredonda, de vocación frustrada alcalde de Málaga, habló hasta hartarse. A Antonio Romero le recordaron cuántos titulares regaló a los periodistas, aquellos fines de semana de mitad de los noventa que no tenías nada para vender al periódico y Romero que te solucionaba, con talento y agilísima verbalidad, la pieza.
De la Torre recordó la UCD de la Santa Transición. El libro disecciona, entre más episodios, el Gobierno de Chaves, la lacra de Andalucía. Una solución: limitación de ocho años del mandato de los presidentes. Yo también pondría este límite a los aspirantes. Arenas, ya pasó su oportunidad.
Esta tarde llega Pacífico de Garriga Vela. Gran novela que cosecha excelentes críticas. Será a las 20 horas en el Instituto Municipal del Libro. Le presentará Antonio Linares, que enseñó Literatura en el colegio Los Olivos de los setenta. Linares fue uno de los grandes responsables del veneno de los libros y las buenas lecturas que padece Garriga.