4.20 de la madrugada. Griñán abandona la sala de coordinación del Congreso.
– ¿Todavía estáis aquí?-, pregunta a los periodistas, de corrido, sin pararse ni un segundo.
– ¿Todo bien?-, inquieren los informadores [todos con bloc en la mano].
– Sí, todo bien-, contesta el ya secretario general de los socialistas andaluces, que se marcha a dormir a su domicilio sevillano.
La noche sufrió más espinas que rosas:
– ¿Le ha costado, no?
– Uf…
La crónica en El Confidencial del desenlace del congreso socialista.
Aquí la puedes leer completa.