Hay que cortar la sangría de gasto como sea. La Junta de Andalucía prohíbe que un funcionario se traiga de su casa una estufa eléctrica. Y no quiere los interruptores encendidos, ni siquiera en stand-by. Por eso, exige a los empleados públicos reducir al máximo el consumo de luz, aire acondicionado y fotocopiadora.