La voz rota, como afónico, en medio de sonido demencial, de feria de Regional Preferente coqueteando con el descenso. Frank Sinatra está resfriado, tituló Gay Talese en Esquire (abril de 1966). Julio Iglesias no sufría síntomas gripales, pero lo grave es que lo parecía.
Llegó a La Malagueta, la plaza de toros de Málaga, apenas cinco horas después que el Parlament prohibiera la fiesta en Cataluña. Deseaba convertir esta actuación (asistieron 7.000 personas, 200 entradas sin vender) en la más sobresaliente del verano. Lo intentó. No lo consiguió. Ni de lejos.
Tinta de Verano del concierto de Julio Iglesias. En El Confidencial.