Me alojo en Illetas, en la casa de otro amigo (el incombustible reportero Lorenzo Marina, ahora en Diario de Mallorca). Su dacha goza de una terraza inmensa, casi tan grande como el interior, desde la que se divisa toda la Bahía de Palma. Lorenzo aún no conoce Málaga. Siempre dice que tiene muchas ganas de venir, pero nunca se decide. Yo al menos vuelvo una vez al año a la Isla.
Serán días emocionantes y divertidos. Aquí viví cuatro intensos años. También hace ya casi cuatro que me fui de Sa Roqueta para volver a Málaga. Hasta el lunes aprovecharé las excelencias de Mallorca.
P.D mundialista:
La hinchada del blog pide (casi exige) un post de La Roja. Aquí van algunas impresiones del partido de ayer. Lo vi en la casa familiar. En Arcadia. Con mis padres y mis sobrinos (Jorge y Carlota).
El padrino de Jorge le regaló por su cumpleaños una camiseta de España con el dorsal 3, el de Piqué. El niño gritó gol!!!! y se echó encima de mí (bueno, más bien yo encima de él); Carlota, que el 26 cumple un añito, se asustaba por el ruido y mis padres estaban rabiosamente felices por la victoria. Yo también.
Fue una alegría colosal. Ojalá el sueño del triunfo definitivo, el que cuenta para la gloria, se convierta el domingo por la noche, a eso de las 22.20 horas, en realidad palpable, sin discusión. Quizá, quizá, irrepetible. Veré el partido en Mallorca.