Desde que salió de Cuba, el periodista Pablo Pacheco estrena mirada. Esta vez lejos de La Habana. Ahora, a 100 metros del Mediterráneo. Espera en un banco del Paseo de Reding, esquina con la calle Fernando Camino, en la zona noble de La Malagueta. Vive con su mujer e hijo en este barrio malagueño, en la casa de acogida de la Cruz Roja, sabiendo que resulta “imposible” olvidar lo vivido. “Lo difícil no se puede olvidar fácil”, sentencia.
Pacheco, de 40 años, sufrió el 19 de marzo de 2003 las consecuencias de la Primavera Negra: una condena de siete años y cuatro meses.
Es el arranque de la Tinta de Verano de hoy.