Juan José Hidalgo aparece a las 20.10 horas con un cigarrillo R1 en la boca. En el porche del hotel Río Real, frente al decadente Incosol (donde tiene un apartamento), no queda ni una silla libre. “¿Hablamos ahora?”, pregunta el presidente de Globalia, mientras pide una botella de agua mineral “con mucho hielo”. Acaba de terminar su partida de golf diaria (unas cuatro horas de media) y ya no tiene como objetivo mejorar su hándicap. Lo que quiere es divertirse.
Es el arranque de la Tinta de Verano que sirvo hoy en El Confidencial.