«Nada me hizo pensar que Kapuscinski pudiera tomarse la menor libertad a la hora de elaborar y construir sus historias. Con una prosa deslumbrante (muy bien vertida al español por Agata Orzeszek), compartía con él la necesidad de “ponerse en el lugar del otro” (el imperativo moral más caro para Simone Weil)».
Sombras sobre Kapuscinski. Gran historia de Alfonso Armada en FronteraD.