Cuando Manuel Chaves anunció hace 12 años la creación de una caja única andaluza, se mostró bien optimista. Pensó que su proyecto no tardaría en cuajar. Desde su amplísimo despacho de la sevillana avenida República Argentina, su consejera de Economía y Hacienda, Magdalena Álvarez, diseñó la estrategia. Fue en fracaso. No convenció a nadie.