Se soportan; se llevan. Oficialmente siguen siendo amigos, pero sus diferencias políticas crecen. Manuel Chaves y José Antonio Griñán (Manolo y Pepe, como les gusta que se les llame) saben que su lucha por el liderazgo del PSOE andaluz les pasó factura. Ahora, el caso Matsa enturbia aún más su ya difícil relación.