No tendrás problemas en reconocerlo. Es el sheriff. El único que acaba vivo”, suelta el personaje Toulouse Delacroix, músico de Valladolid que toca el piano y ameniza el can-can. En el poblado mini-Hollywood del desierto almeriense de Tabernas, santuario del Spaghetti Western, trabaja desde muy joven Diego García, jefe de especialistas, el multiusos. Sirve para ultimar el decorado del saloon, montar a caballo con destreza o disparar a los vaqueros que pretenden asaltar el calabozo tras robar el banco.
Con 52 años, mantiene una envidiable forma física e intactas ganas de continuar en la lucha vaquera. “No tengo prisa, todavía estoy fuerte”. El espectáculo empieza a las cinco de la tarde (a las 12 del mediodía y 20 horas también hay pases). La placa que lleva en el pecho le identifica como el sheriff de Texas. Custodia en chirona a un forajido. Se defiende con su revólver. Y cuando acaba todo (30 minutos de función) aplaude al público que abarrota la terraza del hotel Arizona Palace.
Tinta de Verano en el desierto de Tabernas. Aquí la historia completa.