Termina la primera carrera y los bares y restaurantes se llenan de un público variopinto, bien heterogéneo. No, esto no es Ascot. Tampoco un sitio vulgar. Son las 22.05 horas de un sábado de verano. En el Hipódromo de la Costa del Sol (en Mijas) caballos y jockeys dan espectáculo. Una noche en las carreras para 8.000 personas que apuestan, jalean las cabalgadas y se divierten.