El Algarrobico es la metáfora, la imagen mediática, de la destrucción costera en el Mediterráneo. Aún siendo grave la construcción del mastodóntico hotel, en el mismo Parque natural del Cabo de Gata existían otros 50 Algarrobicos listos para ser aprobados por la Junta de Andalucía. Las denuncias ecologistas paralizaron este medio centenar de zonas ilegales que estaba dispuesto a autorizar el Gobierno andaluz.
“Algarrobico supone una gota de agua minúscula en los planes urbanísticos que se quieren desarrollar en esta zona y en todo el Levante almeriense”, explica a El Confidencial Jaime del Val, portavoz de Salvemos Mojácar, la plataforma de Ecologistas en Acción que se unió ayer al encierro de Greepeace en el hotel almeriense.