Adelante. La Torre Pelli no sólo no se tumbará, sino que crecerá en altura. El presidente de Banca Cívica-Cajasol, Antonio Pulido, está dispuesto a plantar batalla hasta el final. Pulido anuncia que seguirá con la construcción del rascacielos de la Cartuja a pesar del riesgo de que el conjunto histórico del Real Alcázar, la Catedral de Sevilla y el Archivo de Indias pierda la condición de Patrimonio Mundial de la Humanidad por parte de la Unesco.
“En absoluto están en peligro estos monumentos”, intenta calmar Pulido, tras defender la posibilidad de “conjugar la viabilidad del proyecto con los intereses de la ciudad”. El presidente de la entidad financiera argumenta “importantes errores técnicos” del informe de la Unesco. “La torre no está a 600 metros de la Giralda, sino a 1.700 metros”, destaca el responsable de la caja sevillana.
El órdago del presidente de Banca Cívica-Cajasol a la Unesco alcanza también al Ayuntamiento de Sevilla. Al alcalde, Juan Ignacio Zoido, no le gusta el proyecto, pero se ha encontrado ya con el rascacielos tomando forma y se ha visto incapaz de encontrar ningún resquicio para paralizar la polémica obra, a pesar de insistir a Pulido en la necesidad de repensar la idea. “No actuaremos sobre el ritmo o dimensión de las obras sin un requerimiento legal”, abunda el presidente de la entidad.