Tras siete horas de interrogatorio y con la presencia de 40 abogados, Francisco Javier Guerrero terminó la primera parte de su esperada y temida declaración ante la juez Mercedes Alaya. El capítulo I no decepcionó: Guerrero inculpó a Manuel Chaves de ordenar ayudas a empresas en apuros a cargo del llamado fondo de reptiles de 700 millones de euros. Hoy, a partir de las 10 horas, más munición de EREs falsos.
El exdirector general de Trabajo de la Junta de Andalucía, imputado poco después de empezar su declaración de los delitos de cohecho, malversación, prevaricación y falsedad, decidió tirar por elevación, responder a las preguntas de la juez y dejarse de medias tintas. “Lo de Bilore hay que solucionarlo sí o sí”, ordenó el Gabinete de Presidencia de la Junta de Andalucía entonces presidido por Chaves. La ejecución tenía que ser rápida y eficaz: muy pocos días después el entonces presidente de la Junta de Andalucía organizaría allí un acto político.