Nada de Pepote. Mejor don José. José Rodríguez de la Borbolla pastoreó (la expresión la acuñó hace ya décadas) la Junta de Andalucía entre 1984 y 1990. Tras abandonar el poder, se fue tres semanas a la London School of Economics. Tenía 43 años. “Fue magnífico, de las mejores experiencias de mi vida”, relata. A mitad de los noventa apoyó a los renovadores frente a los guerristas. Aspiró a la Alcaldía de Sevilla y perdió. Fue senador y luego este bético empedernido montó su despacho profesional del barrio sevillista de Nervión. Ahora vuelve. Regresa Borbolla. Y cuenta su retorno en una entrevista concedida a El Confidencial.
Rodríguez de la Borbolla (Sevilla, 1947), profesor titular de Derecho del Trabajo de la Universidad de Sevilla, habla despacio, pensando bien lo que dice. Y cuando parece que ya ha acabado la frase, continúa para apostillar dos ideas más. El político defenestrado por Alfonso Guerra critica directamente a Manuel Chaves y a José Antonio Griñán por haber impulsado medidas de ordeno y mando. Por eso, cree necesario un diálogo. “Hay que pastorear, hablar y consensuar mucho y echarle mucho tiempo a la interlocución social. En cualquier administración, también en la Junta de Andalucía, ha habido en los últimos tiempos un cierto iluminismo, de sentirse poseedores de la verdad y se han puesto en marcha iniciativas sin contrastar previamente, además de una cierta burocratización y dejadez en la dirección y orientación política”.
¿A qué se refiere? “Cada cual puede hacer la enumeración. Yo digo lo que digo en términos generales. Se puede entender que le meto el dedo en el ojo a alguien, pero yo no estoy aquí para eso”, aclara a este diario. Borbolla explica por qué ahora está dispuesto a participar más en la vida interna del partido. En la convención regional de Málaga del pasado mes de febrero habló con unos y con otros. Quería pulsar la vida orgánica del deprimido socialismo andaluz. “Yo estaba bastante dormido, pero últimamente [desde el congreso federal del PSOE] me he despertado y estoy dispuesto a ayudar a que en el PSOE se consoliden grupos y dirigentes capaces, formados, con capacidad de respuesta y análisis para generar relevos generacionales tranquilos y que sea un partido capaz de salir de la coyuntura. Sí, en los últimos mandatos hemos sido un partido demasiado coyunturalista”.
Mensaje a los ‘griñaninis’: no se trata sólo de conspirar
Borbolla ya calificó la dirección general del PSOE-A como “un poco inconsciente, quizá juvenil y aventurera”. No se refirió a Susana Díaz, la número 2 del partido, referencia fundamental de los griñaninis y enfrentada a la vieja guardia del partido, pero ni falta que hizo. Lo decía por Díaz. “Hay que formar a los dirigentes para el liderazgo político y social y eso no se aprende sólo conspirando en la organización, en las luchas del poder interno. Eso se aprende gestionando, ejerciendo una profesión, desde una ONG a un bufete de abogados. A uno le tiene que gustar la gente y es fundamental tener camino de vuelta porque se actúa con mucha más libertad».
Aquí el resto de la entrevista exclusiva en El Confidencial.