La noche de la derrota alegre del 25M, la cara de José Antonio Griñán transmitía alivio. También preocupación ante la etapa que afrontará a partir de esta semana. El nuevo Gobierno de la Junta de Andalucía no será del agrado absoluto de Griñán. Si en abril de 2009 compuso un Ejecutivo de total confianza, el que tomará posesión este mes de mayo distará mucho del que podría haber diseñado si no tuviera las manos atadas por Izquierda Unida.
El presidente del Ejecutivo andaluz en funciones sabe que el nuevo Gobierno de la Junta le exigirá un esfuerzo de coordinación al que no está acostumbrado. La probable vicepresidencia de Diego Valderas, además de tres consejerías para IU, le dejará un escaso margen de maniobra para dirigir la política de la Junta de Andalucía.