Juan Sánchez, exalcalde de Casares (Efe).
Juan Sánchez, el exalcalde detenido de Casares, era uno de los mirlos blancos de Izquierda Unida en Andalucía. Amigo personal de Diego Valderas y José Luis Centella, Juan Sánchez aspiraba a un alto cargo en la Junta de Andalucía. Todas las quinielas le situaban capitaneando Turismo Andaluz, el poderoso instrumento de promoción de la Consejería de Turismo. El consejero de este ramo, Rafael Rodríguez, también es amigo personal de Sánchez. La detención de ayer ha frenado de golpe su futuro político. Sobre las 13.00 horas de este martes ha ingresado en prisión, informa Efe.
Tras un cuarto de siglo como alcalde de Casares (5.000 habitantes) y ocho años de presidente de la Mancomunidad de municipios de la Costa del Sol Occidental, Sánchez, actual concejal de Relaciones Institucionales, Cooperación y Vivienda en el equipo de la alcaldesa Antonia Morera, consiguió labrar una imagen alejada del sectarismo. “Fue capaz que todos los grupos gobernaran juntos y crear un consenso enorme en torno a su figura. En la segunda investidura no sólo le votó el PSOE e IU. También el alcalde de Torremolinos, del PP”, cuentan a El Confidencial fuentes próximas al arrestado ex primer edil del municipio malagueño.
El coordinador provincial de IU en Málaga y portavoz de la coalición en el Parlamento de Andalucía, José Antonio Castro, calificó a este diario de “ejemplar” la actuación urbanística de Sánchez en Casares. Al exacalde se le aplicó el artículo 27 de IU y fue suspendido de baja cautelar de militancia en la coalición de izquierdas. “Le hemos pedido a la alcaldesa que colabore con la Policía facilitando cualquier tipo de documentación”, indicó Castro.
“No da para nada el perfil de un político corrupto”, explican estas mismas fuentes. Y explican el por qué. Además de su afición al huerto de su casa de Sabinillas, en el término municipal de Manilva, lindante con la costa de Casares, era amigo de restaurantes caros, pero rompía en público las facturas y pagaba la cuenta de su bolsillo. En la Mancomunidad (solía trabajar en sus dependencias de Marbella una media de tres días a la semana) no permitió que nadie tuviera tarjeta de crédito.
“Cuando el río suena, agua lleva”
“Es dificilísimo que alguien hable mal de él”, señalan a este diario fuentes próximas a Sánchez. Los hay, como Francisco Javier Quero, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Casares. “No voy a decir que sea un presunto corrupto, pero cuando el río suena, agua lleva”, cuenta Quero a El Confidencial. El representante popular califica al político de IU como “prepotente”. “Siempre”, añade, “dice que sabe más que tú de las cosas porque ha estado muchos años de alcalde”.
Quero, que interpuso una querella criminal contra Sánchez por supuestas alusiones falsas a su empresa familiar (una fábrica de carpintería de madera), admite la “incertidumbre tremenda” que supone la noticia de la detención. “Nos ha cogido a todos por sorpresa. Ha sido muy complicado y es muy perjudicial para el pueblo”, reconoce el portavoz del PP en Casares, que remata: “Existe la presunción de inocencia, pero si es culpable, que lo diga”.
Muy temprano, sobre las 6.30 horas, Juan Sánchez suele tomarse un café cortado con aguardiente en el bar Tricino de Casares, la localidad natal de Blas Infante, el padre de la patria andaluza. Al exalcalde siempre le ha molestado que la Junta de Andalucía celebre el aniversario de su muerte en la carretera de Carmona (11 de agosto) en vez de la fecha de su nacimiento (5 de julio).
El expresidente de la Mancomunidad de municipios de la Costa del Sol se quedó con las ganas de impulsar el Plan estratégico de esta zona clave para el turismo español, un proyecto por el que luchó hasta que en marzo de 2009 dimitió de su cargo tras la denuncia de la Fiscalía por convenios urbanísticos de 2004 de obras sin concurso y la enajenación de tres fincas públicas sin la correspondiente subasta a la promotora Majestic Construction and Development. Este proyecto le ha costado la detención de él, su mujer y un abogado de Estepona y el cese momentáneo, quizá definitivo, de su proyección como cargo público.