Corrupción en Andalucía? Si se leen los 27 folios del discurso de investidura de José Antonio Griñán parece que la comunidad andaluza apenas sufre este mal. Sólo dos párrafos le ha dedicado el presidente autonómico al mayor escándalo de corrupción en la historia de Andalucía: los ERE falsos, que ya ha acabado con el exconsejero Antonio Fernández en la cárcel.
El presidente en funciones de la Junta se ha limitado a señalar “el impacto en la opinión pública” de las prejubilaciones fraudulentas, sin referirse al fondo de reptiles de 1.400 millones de euros en Andalucía. Acto seguido ha exhibido con orgullo la acción del Ejecutivo socialista en la pasada legislatura. “Sé que muchos andaluces y andaluzas han valorado la rápida reacción que tuvimos en su investigación y denuncia”, destacó.
Griñán ha obviado en su discurso que la Junta de Andalucía impidió una comisión de investigación en el Parlamento. También que se negó a entregar las actas de los Consejos de Gobierno solicitadas por la juez Mercedes Alaya. El Tribunal Supremo tuvo que intervenir y desestimó el recurso del Gobierno andaluz, que entregó todas las actas desde 2001 a la magistrada Alaya.