La receta es la misma. Subir los impuestos y bajar los sueldos. La Junta de Andalucía ha decidido imitar las medidas del PP en el Gobierno para aplicar el mayor ajuste presupuestario en Andalucía en tres décadas. Al igual que lo ocultó Mariano Rajoy, el impuestazo que José Antonio Griñán adelantó ayer de 1.000 millones de euros no estaba previsto ni en los presupuestos de este año, ni lo había anunciado en la campaña electoral.
En el capítulo de ingresos, la consejera de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo, se comprometió a modificar los últimos tramos de la tarifa autonómica del IRPF, que pasará al 23,5% en el caso de rentas entre 60.000 y 120.000 euros, y al 25,5% para rentas superiores a 120.000 euros. También multiplicará por 1,10 la tarifa actual del Impuesto de Patrimonio, y por 2 el tipo de gravamen autonómico del Impuesto sobre las Ventas Minoristas de Determinados Hidrocarburos “hasta agotar la banda máxima permitida, exceptuando el gasóleo de uso agrícola”, según Martínez Aguayo. Hay más. Subirá el tipo de gravamen general de Actos Jurídicos Documentados (del 1,2% al 1,5%) y aumentará de la tasa fiscal sobre el juego en la tarifa para máquinas.
En octubre de 2011, la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, había dejado claro que el mayor ajuste “estaba amortizado” y que tocaba aumentar los tributos del Patrimonio; sucesiones y donaciones; transmisiones patrimoniales; actos jurídicos documentados; el impuesto que grava los medios de transporte y la tasa del juego. También impuso nuevas deducciones en el tramo autonómico del IRPF, que contempla una nueva deducción del 5% en el tramo autonómico de las cantidades abonadas para obras de rehabilitación o de mejora de viviendas. Con estas subidas, confiaba en recaudar este año 227 millones de euros más que en 2011.