José Antonio Griñan y el secretario de Política Municipal del PSOE-A, Francisco Conejo (Efe).
El día a día de la Junta de Andalucía sufre un grave parón desde el pasado mes de marzo: los delegados del Gobierno andaluz en las provincias son todos provisionales. Están a la espera de destino o de cese en sus cargos, por lo que las dudas sobre su futuro político y la falta de decisiones relevantes se han convertido en un clamor en las ocho provincias.
La Junta ha esperado a la celebración del congreso regional de Almería, hace dos semanas, y a que se culminara el proceso orgánico en los congresos provinciales. Todo ello para saber quiénes se convertían en aliados de los oficialistas y desterrar en el plano institucional a todo el sector crítico. Ahora ha llegado el momento de nombrar a los afines, dejando a los que se mueven en la foto (como decía Alfonso Guerra) sin puesto ni responsabilidad alguna.
La explicación oficial: se está remodelando toda la estructura de la Junta y todavía no ha dado a tiempo a poner todo a punto. “En esta legislatura hay que reducir la mitad de delegados y eso supone una serie de cambios”, señala a El Confidencial el secretario de Política Municipal del PSOE de Andalucía, Francisco Conejo. “Los delegados están funcionando, no hay vacío alguno”.