Un pescador de Barbate, cose las redes mientras en el puerto de Barbate (Efe).
Cádiz, la provincia con más paro de España (36%), se ha convertido en el laboratorio social de la crisis económica. Su retrato robot es pasto de llamaradas de tinta en la prensa internacional en reportajes de diarios estadounidenses como The New York Times y Der Spiegel, la Biblia del periodismo alemán. Con La Línea y Barbate como ejemplo, la radiografía gaditana sirve de metáfora del ataque de los mercados a España.
Limítrofe con Gibraltar, La Línea de la Concepción, con apenas 16 kilómetros cuadrados de extensión, tiene 65.000 habitantes (en verano la población alcanza las 100.000 personas). Sin recursos propios para seguir adelante, el municipio pagó el pasado jueves una nómina a los 800 trabajadores del ayuntamiento, la empresa más grande. Su deuda municipal se elevaba ya a 132 millones de euros, más 45 millones reconocidos en sentencias judiciales. Los ayuntamientos del Campo de Gibraltar adeudan 340 millones de euros a las empresas proveedoras.
Tras el acuerdo de pago a las empresas de servicios con el Gobierno, la deuda de Algeciras se quedó en 62 millones. Aún deben la paga extraordinaria de 2011 y los sueldos de febrero, marzo, abril, mayo y junio. En 15 años, la deuda aumentó más de 100 veces. La deuda per cápita se aproxima a los 3.000 euros, de las cifras más altas de España.
“Estamos intentando ponernos al día con más ingresos extraordinarios”, explica a El Confidencial Gema Araujo, alcaldesa socialista de La Línea. ¿Con qué ingresos? “Hay distintas líneas de trabajo”. Araujo no quiere decir cuáles. La economía sumergida salva la zona (las chapuzas, el dinero en negro) y en el caso del municipio linense, también Gibraltar. Unos 4.000 campogibraltareños trabajan en el Peñón. Son dos mundos. El gibraltareño no paga el IVA, compra en España y cuando atraviesa la frontera entrega la factura de compra y le devuelven el 21%.
La situación económica es tan crítica que el PSOE y el PP han decidido formar una especie de Gobierno de concentración encubierto, oficioso. La alcaldesa y el portavoz del PP en el La Línea se telefonean a menudo. Llegan a acuerdos. “La cosa no está para que nos echemos los trastos a la cabeza. Tenemos que apoyarnos”, reconoce a este diario Alejandro Sánchez, portavoz popular en la ciudad gaditana. “Afortunadamente la alcaldesa ha entendido que el cainismo político no es el camino, aunque perdió un tiempo precioso en no ponerse de acuerdo en trabajar por la ciudad”, valora Sánchez.
“Las ratas abandonan un barco que se hunde”
Der Spiegel habla, en su número del pasado 27 de junio, de ciudad sin ley. “Los residentes en La Línea ven cómo las ratas abandonan un barco que se hunde. Es el trágico declive del vecino español de Gibraltar”, narra el periodista Walter Mayr. “Aquí no hay suelo para hacer nada, sin industria, ni un turismo desarrollado, no destaca por ningún aspecto en concreto, la gente se va. Lo que tenían que haber hecho es un ERE al Ayuntamiento”, comenta un vecino de La Línea que trabaja en la Costa del Sol. Der Spiegel lo expresa de una manera muy clara: “No hay fábricas, ni hoteles de lujo […]. ‘Somos el culo de Europa’”, lamenta un linense en sus páginas.
La nómina municipal incluye a una docena abogados y hasta cinco psicólogos. La cifra de asesores se disparó en la etapa que gobernó el GIL de Jesús Gil con el alcalde Juan Carlos Juárez (1999-2003), cuando el Ayuntamiento contrató a 200 personas. Los años de Grupo Independiente Liberal fueron también los del miedo. También del freno al contrabando y el narcotráfico, con detenciones ilegales, coacción y violencia física. “Con el GIL, los policías locales pasaron de 40 a 160. Se contrató a personal que venía del Ejército. No digo que sus métodos fueran buenos, para nada, pero ahora puedes pasear con tranquilidad. Yo recuerdo que en 1997 los narcotraficantes paraban a los coches en la carretera de la atunara, junto a la playa, y empezaban a pasar personas con su mercancía ilegal y nadie hacía nada”, sostiene a este diario un profesional liberal de La Línea, de 39 años, que no quiere decir su nombre por temor a represalias.
Una de las soluciones planteadas sería la creación de un estatus especial para La Línea. En enero de 2004 el Gobierno de José María Aznar canceló los beneficios económicos que se otorgaban en la Carta Económica Especial de este municipio de la comarca del Campo de Gibraltar. La zona franca linense perjudicaría a la Roca, beneficiada como paraíso fiscal. “Sería darle una guantá a Gibraltar”, sentencia este profesional de La Línea que trabaja entre las provincias de Cádiz, Sevilla y Málaga.
El hundimiento de Barbate
Con todo, el espacio aeroportuario que se utiliza con Gibraltar o la instalación de un espacio para macroyates en la zona de Poniente forman parte de una mínima esperanza que alberga La Línea para remontar su situación, eso sí, menos dramática que otros pueblos gaditanos como Conil y, sobre todo Barbate, que sufren con más virulencia la crisis económica. Caso aparte es el de Jerez, con un ERE en marcha en su ayuntamiento que afecta a 400 empleados municipales.
El Ayuntamiento de Barbate se encuentra hundido. La deuda con la Seguridad Social es de 30 millones de euros. Y además Zahara de los Atunes, uno de sus manás de ingresos, se independizó. Los narcotraficantes han elegido este pueblo de la provincia de Cádiz, que el verano pasado sufrió una salvaje huelga de limpieza, como su principal escenario de operaciones en el Sur de España. El pasado 24 de junio ya lo contaba Ignacio Camacho en su columna de ABC titulada El paro como espectáculo. “Al pueblo gaditano de Barbate -22.000 habitantes, 5.000 parados y un Ayuntamiento en bancarrota- ha llegado una productora de televisión en busca de candidatos para un reality show».
Los busquimanos, los jóvenes que se ganan la vida con sus motos de trial entre las dunas playeras y la cultura de la subvención, agotando hasta el último suspiro el desempleo, se juntan con el drama de los pescadores de Barbate, donde 950 familias se dedican a la pesca (450 trabajadores al sector extractivo y 500 al sector no extractivo), como contó El Confidencial el pasado mes de diciembre. No hay esperanza para este pueblo. Barbate, atún y chocolate, como decía la canción, más triste que nunca, en medio de la paradoja de contar con la costa acaso más bella de España.