No bebía Old Fashioned como Don Draper en la última escena de la quinta temporada de la serie Mad Men. Lo suyo era trabajar al borde del Karoshi, el sexo desenfrenado y meterse pastillas sin límite. Bert Stern, abandonado por su mujer, que se había llevado también a sus hijos, estaba enganchado a las anfetaminas. Le acaban de ingresar en un hospital psiquiátrico de Nueva York. Stern era un fotógrafo fascinante. Había revolucionado la imagen de la publicidad en la década de los sesenta con sus fotos para el vodka Smirnoff y, sobre todo, La última sesión, la estética más sensual jamás retratada de Marilyn Monroe. Bert Stern fue el primer Mad Man. El auténtico.