Adrian Brody se iba a convertir en la estrella de Hollywood de la primera década del siglo XXI. Penélope Cruz no había ganado un Óscar, ni siquiera lo había previsto. La actriz Berta de la Dehesa, la hermana del torero en la cinta, acababa de interpretar El camino de los Ingleses. Y el representante de Antonio Banderas en España hablaba de la película en una cena en el recién inaugurado Hotel NH de Alicante. Era enero de 2006. El rodaje empezó aquel mes de julio. Seis años después, se estrena Manolete.
El torero más influyente de la época, el matador de toros que ha seguido deslumbrando a todas las generaciones, por fin tiene película. Un biopic de una figura mítica, un icono de la tauromaquia que bien podría haber sido interpretado por un actor español de prestigio que diera la réplica a Cruz (que interpreta a Lupe Sino, la amante). El mérito de Brody fue su indudable parecido físico al diestro. Los que han visto la película en pases privados no le auguran precisamente un Oscar a la mejor interpretación.
Manolete es el sueño maldito del productor Andrés Vicente Gómez, anteriormente conocido como el Rey Midas del cine español, que ha visto cómo su gran proyecto quedaba constantemente noqueado por sucesivos problemas de la productora, querellas y hasta ocho montajes diferentes. Se iba a estrenar en 2007. Luego en 2008 en el Festival de Cine de Toronto. Crash. En 2009. También falló. Cuando el celuloide ya iba a forma parte de la reliquia cinematográfica, se estrenó en Francia en marzo de 2010.
El estreno en España llega sin ganas, más como una obligación moral que por un interés de Gómez en ganar dinero. El fracaso económico está asegurado: tuvo un presupuesto de 24 millones de euros y apenas se verá en 51 salas. Las críticas no han sido malas, sino horribles. Con estas perspectivas, Gómez no quiere volver a producir una película de toros, un género difícil que Pedro Almodóvar bordó en Matador, una cinta injustamente olvidada, sin duda entre las mejores de las su primera etapa como director de cine.
El Manolete de la ficción fue asesorado por Cayetano Rivera Ordóñez, el Armani de los trajes de luces. El torero elegante de los Rivera (también el más valiente de los hijos de Paquirri) adiestró a Brody en el arte de tomar la muleta. A Cayetano le gustó la experiencia cinematográfica. Se hizo amigo de Brody y coincidieron después en una Milano Fashion Week. Pero el torero que podría haber sido el mejor asesor de Brody no es otro que José Tomás, el Manolete actual.
José Tomás será de los que vea con devoción la película. Analizará todos los detalles técnicos y la mirada de Islero, el Miura de 500 kilos que acabó el 28 de agosto (el día de San Agustín) de 1948 con la vida del maestro cordobés. El diestro ha escogido como ejemplo a seguir a Manolete para interpretar su propia versión de un toreo valiente, para algunos kamikaze, para todos intenso y desgarrado, que quizá esté lejos de aproximarse a este Manolete indolente de la ficción.