El atún con ligero sabor a vino Pedro Ximénez está más fresco que el atún encebollado. A las dos de la tarde el chiringuito Pez Limón de Zahara de los Atunes presenta media entrada de clientes. Los que comen en casa cierran la sombrilla de la playa, un eterno arenal que se asemeja al pan rallado. El viento es de Poniente, hace un día ideal para tomar el sol.
La bandera es amarilla, de precaución, pero los veraneantes (muchos leen libros electrónicos, pocos llevan iPad y no se observa ningún diario en papel a la vista) se meten en el Atlántico con atrevimiento, sin ningún complejo. El chiringuito se anima. En la mesa de al lado un grupo de amigos sevillanos fuman y beben cervezas antes de empezar a comer.
La playa de Zahara de los Atunes (el municipio logró la independencia de Barbate hace un año) intenta estar limpia. Un chiringuito situado frente al hotel Gran Sol, al lado de las obras de consolidación del lienzo norte de la muralla de la Chanca, anuncia un plan contra suciedad: “Esta playa es un puntazo. 10 colillas= 1 punto. 10 puntos: 1 refresco gratis”.
En el Pez Limón actúa esta noche José Miguel Monzón (El Gran Wyoming) con Los insolventes. La hora es inexacta. “Al atardecer”, anuncian. Ayer hubo un revival de música de los 80, donde sonaría Escuela de Calor de Radio Futura o el Aquí no hay playa de Los Refrescos. Este chiringuito ya ha cambiado varias veces de nombre. En 2009 se llamaba La Gata. Su propietario era Eloy Sánchez-Gijón, el hermano de la actriz Aitana Sánchez-Gijón. A su exdueño le cerraron el garito un par de semanas. Al final lo pudo reabrir y esta Tinta de Verano lo contó.
El templo del hippie-pijerío gaditano se va llenando de gente. Más de 500 personas ven la actuación del showman. Wyoming interpreta a The Who, Ottis Redding, Chuck Berry, Frank Zappa… El cineasta Alex de la Iglesia y su novia, la actriz Carolina Bang, ven el concierto en primera fila. También el cocinero José Andrés, único español en la lista de las 100 personas más influyentes del mundo publicada por la revista Time.
De la Iglesia se levanta de la colchoneta fucsia donde estaba sentado para ir al servicio. Luego hace una foto con su móvil. Regresa al asiento y revisa su timeline de Twitter quitándose sus gafas de vista. Wyoming está en su salsa: “Siempre damos los conciertos borrachos para estar igual que el público, pero hoy estamos sobrios. Será una lucha de sobrios contra sobrios. ¿Quién vencerá?”.
Monzón habla con ritmo de ametralladora. “Estamos en manos de las multinacionales… de cerveza”, bromea. Mientras, la Ruina Record, un tipo de unos 70 años, con gorra y camiseta negra, vende camisetas de Wyoming a 10 euros la pieza. También un CD que incluye composiciones como Amor sucio, All Star o No particular place to go. La camiseta hawaiana de Wyoming gotea sudor y el presentador/actor/cantante sigue ofreciendo su espectáculo. Hace media hora del bellísimo ocaso en la playa de Zahara de los Atunes.