Inaugurado en abril de 2009, todavía es claramente insuficiente. La línea 1 del Metro de Sevilla (estrenada tras cinco años de obras y un sobrecoste de 300 millones de euros) será la única que por el momento disfrutarán los sevillanos. La idea de llevar la vía a los municipios del Aljarafe queda aparcada en el limbo presupuestario. Lo asegura José Antonio Griñán, presidente de la Junta de Andalucía.
El jefe del Ejecutivo andaluz ha incendiado, sin querer, la mecha localista en Andalucía, algunas veces adormilada, pero siempre presente en el debate regional. La guerra de los Metros ha estallado tras las declaraciones de Griñán al asegurar que habrá financiación para acabar el de Málaga y el de Granada, pero que las líneas 2, 3 y 4 del de Sevilla tendrán que esperar para época de vacas gordas. Para la redacción de estas líneas se lleva trabajando desde 2009 y ya se han gastado 17 millones de euros. Tan sólo la ruta entre Pino Montano-Los Bermejales– cuesta 1.179 millones de euros.
Juan Ignacio Zoido se olvidó su traje de presidente del PP de Andalucía para enfundarse el de alcalde de Sevilla, su vocación innata. Zoido echó a cara a Griñán que no pensara en ampliar el Metro de la capital andaluza. Amparo Rubiales, presidenta del PSOE de Andalucía, entró al trapo en su cuenta de Twitter: “Soy sevillana, quiero que Málaga y Granada tengan el metro que ya tiene Sevilla hace 3 años; solidaridad se llama eso; provincianismo, lo otro”.