La pidió y la consiguió. La primera edición de la Conferencia de Presidentes del primer año de Mariano Rajoy en el poder cuenta con José Antonio Griñán como el presidente autonómico que más ha insistido en que se celebrara cuanto antes. Eso sí, Griñán no parece que vaya a conseguir ninguno de los objetivos que se propuso para intentar monopolizar el discurso del PSOE como principal barón socialista.
La cumbre llega con un varapalo vía Presupuestos Generales del Estado (PGE) que le sirve como coartada para la estrategia de confrontación con el Gobierno Central. El presidente del Ejecutivo socialista se había planteado, como mínimo, que las inversiones estatales en Andalucía fueran iguales a su porcentaje de población respecto al conjunto del país (17,9%), como especifica el Estatuto de Autonomía de Andalucía, en vigor desde 2007. No ha sido así. «No es que pidamos más recursos, sino que se distribuyan como dice la ley», ha recalcado el presidente de la Junta, que ha calificado como «preocupantes» las cuentas del Estado.