Le espera el mayor escándalo de corrupción de la historia de Andalucía. Tras varios amagos de incorporación, la juez Mercedes Alaya tiene previsto regresar al trabajo esta misma semana. Alaya, titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, volverá a examinar la trama de los ERE falsos que investiga desde hace más de dos años. En los últimos cinco meses ha estado de baja, aquejada de cefaleas (fuertes dolores de cabeza).
La reentré de la magistrada no será nada suave. Tendrá que acelerar el proceso si no quiere que algunos de los presuntos delitos de los imputados (ayudas que pudieran ser fraudulentas otorgadas entre 2001 y 2003) puedan prescribir, como así se lo ha advertido la Fiscalía Anticorrupción. La megainstrucción de Alaya (más de 30.000 folios y 60 tomos) se le puede volver en contra.
La Fiscalía ha pedido con insistencia un calendario de declaraciones en sede judicial de todas las personas «ya imputadas que aún no han declarado«, así como la celebración, «en su caso, de comparecencia de medidas cautelares, incluidas en este caso las no celebradas respecto de personas imputadas que ya han declarado en sede judicial«, como consta en el escrito judicial emitido a las partes.
En los cinco meses que Alaya lleva fuera del caso se ha producido la excarcelacióndel chófer de la cocaína (Juan Francisco Trujillo, el ministro de las tragaperras), y su exjefe Francisco Javier Guerrero, el que fuera durante nueve años director general de Trabajo y Seguridad Social de la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía. Estas decisiones fueron firmadas por el juez sustituto, Iván Escalera, sobrino carnal de un histórico dirigente socialista de Sevilla y amigo del PSOE, según el propio Escalera admitió en Facebook, tal y como adelantó El Confidencial el pasado 19 de octubre.