Mariano Rajoy parece haber olvidado que sin el apoyo de Andalucía jamás podrá renovar su mayoría absoluta en el Congreso. Para el presidente del Gobierno los problemas internos que padece el Partido Popular en la comunidad andaluza se ven empequeñecidos frente a los que tiene en toda España. Atrás quedan sus continuos viajes a Andalucía cuando era líder de la oposición para arropar al candidato Javier Arenas.
Tras la renuncia de Arenas a la Presidencia del PP-A el pasado mes de julio, el partido, ya con Juan Ignacio Zoido al frente, está preso de la desilusión, carece de un proyecto regional sólido, “con los presidentes provinciales cada uno haciendo la guerra por su cuenta”, admite en declaraciones a El Confidencial un dirigente del Partido Popular en Andalucía. “Eso es malísimo”, reconoce.
La situación se agrava aún más cada vez se publica un sondeo electoral. El del 15 de febrero, de Egopa/Cadpea, elaborado por la Universidad de Granada, certificaba la caída de los populares andaluces en intención de voto: el PSOE logra 3,6 puntos de ventaja sobre los populares, el 38% de los votos frente al 34%. Así, Griñán logra remontar en menos de un año la pírrica victoria electoral de Arenas del 25 de marzo de 2012, cuando logró 50 diputados frente a 47 del PSOE y 12 de IU.