“Alcance a quien alcance y sea quien sea, adelante, adelante”. Lo expresa, así de claro, Diego Valderas, coordinador regional de Izquierda Unida en Andalucía, tras la intensa instrucción de la juez Mercedes Alaya sobre la trama de los ERE falsos. Las palabras de Valderas tienen su importancia: ejerce de número 2 del Gobierno andaluz y es el vicepresidente y consejero de Relaciones Institucionales.
Es más, el que fuera presidente del Parlamento de Andalucía en la legislatura de la pinza (1993-1996), insinúa el fin del bipartito (PSOE-IU) en el Ejecutivo de la Junta si finalmente Alaya imputa a José Antonio Griñán: “Si la justicia delimita aún más su responsabilidad política, Izquierda Unida se replantearía el pacto si se superan los límites del compromiso del Gobierno. Esta coalición lo haría con total tranquilidad y serenidad. Este elemento no ha llegado; cuando llegue, ya veremos”.
Valderas quiere la verdad: “Si Guerrero [el exdirector general de la Junta, encarcelado por orden de la juez el pasado miércoles] tiene que decir algo más, que lo diga y lo diga abiertamente”. En la misma línea se ha mostrado José Antonio Castro, portavoz parlamentario de IU. “El exdirector general de empleo, nuevamente detenido, debería de una vez decir todo lo que dice saber y hacerle un favor a la democracia”, escribió en Twitter. A Castro le replicaron: “No entiendo cómo @iuandalucia sostiene a un Gbierno corrupto. No se puede estar al plato y las tajadas”. ¿Qué contestó el diputado? “Este no es un Gobierno corrupto. Es un nuevo Gobierno y entenderás que no heredamos la gestión retroactiva de nadie…”.