“Está usted entrando en zona militar. Control. Abra la ventanilla. Ponga el vehículo en lugar visible”. Las indicaciones están en castellano, también en inglés. En la base aeronaval de Rota no existe margen para el error: “AVISO” (en mayúsculas y en rojo). “Área prohibida. No entre”. Dos mujeres que parecen ser madre e hija esperan en la puerta de acceso. En dos minutos salen con una acreditación enorme con la “V” de visitante. El militar, joven, y sonriente, le dice al reportero: “Yo no le puedo dar información y, si la tuviera, no se la podría dar”. El compañero de la entrada lo aclara todo: “Le puedo decir lo mismo que pone el Google Earth”.
Esta es la entrada principal del estratégico enclave militar de 26 kilómetros de perímetro compartido entre la Armada de España y Estados Unidos, donde llegaron a trabajar 11.000 personas entre personal militar y civil. Hoy son 2.000 militares, unas 6.000 personas en total, de las que 4.000 son estadounidenses. Cada día entran 18.000 vehículos. La base, que espera la llegada inminente del Illustrious, supone para Rota, con 3.600 parados, el 60% de la economía local. El 11% del recinto pertenece al término municipal de El Puerto de Santa María y el resto a Rota, de 28.000 habitantes (en verano se triplica la población). Entre 1960 y 1982, la población roteña se dobló, pasando de 10.000 a 20.000 habitantes.