Los “nuevos tiempos” (su expresión favorita) de Susana Díaz en el Gobierno andaluz ya se han saldado con la primera víctima. Luis Planas se va. Abandona el consejero estrella fichado por José Antonio Griñán para llevar adelante una macroconsejería: Agricultura, Pesca, Medio Ambiente (incluida las competencias de Ordenación del Territorio). Planas vino con Griñán y se va cuando el todavía presidente presida su último Consejo Gobierno, el del 27 de agosto.
El consejero, de origen valenciano y afincado en Córdoba, volverá a su plaza de inspector de Trabajo tras haber fracasado en su asalto a las primarias sin urnas y con escasa transparencia. Planas intentó darle la vuelta al poderoso aparato del PSOE de Andalucía que controla Susana Díaz con mano férrea. “No es que se lleve mal con Susana, pero tiene una evidente falta de sintonía con ella, carecen de contacto más allá de que se reúnen en la misma mesa del Consejo de Gobierno”, señalan a El Confidencial fuentes próximas al consejero.