La Zona Franca de Cádiz es una de las escasas joyas de la corona económica de la provincia. Pero le puede quedar poco tiempo. El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, quiere reforzar su imagen de primer edil sevillano, en detrimento de su liderazgo en el partido en Andalucía, y lo hace a costa de Cádiz. La nueva Zona Franca de Sevilla, un proyecto impulsado personalmente por Zoido, abre una guerra abierta entre las dos provincias. Cádiz ha comprado todos los números para convertirse en la gran damnificada.
La alcaldesa gaditana, Teófila Martínez, exlideresa del PP-A, nombrada a dedo por Javier Arenas, como Zoido, ha reaccionado tarde a la implantación de la Zona Franca sevillana. Martínez, que además es la presidenta del Consorcio de la Zona Franca, no quería un enfrentamiento directo con su homólogo en Sevilla, pero no le ha quedado más remedio que defender los intereses de Cádiz, ya muy debilitados en una provincia con un 42% de desempleo y unos Astilleros que en 2011 empleaban a 11.000 personas y ahora apenas reciben volumen de trabajo.