Ni un solo nombre se le escapará. Susana Díaz controlará al milímetro el nombramiento de altos cargos de la segunda unidad de la Junta de Andalucía. La nueva presidenta del Gobierno andaluz no quiere como viceconsejeros o directores generales a gente que no conozca o sobre los que carezca de pruebas inequívocas de confianza y lealtad. No quiere ninguna sorpresa en estos escalafones clave en el día a día ejecutivo de la Junta.
Su absoluto grado de conocimiento de la militancia socialista andaluza, comomiembro poderoso del aparato desde el congreso del PSOE-A de marzo de 2010, es una de las grandes ventajas que aporta Díaz en este “nuevo tiempo”, el concepto que tanto resalta en cada una de sus intervenciones públicas desde que ganó las primarias sin urnas a la Presidencia de la Junta.
“Tiene todo el poder del mundo y lo va a ejercer«, subraya a El Confidencial un destacado socialista con experiencia en cargos institucionales. «Conoce las tripas del partido y eso es muy importante. Esta presidenta no tiene nada que ver con todo lo anterior, se ha movido mucho con directores generales y conoce a gente en todos lados”, explica a