Tras las revelaciones de El Confidencial sobre su casa ilegal, Luciano González no sólo dimitió de la jefatura de la Agencia Andaluza de la Energía por exigencia de la presidenta Susana Díaz, sino que además la dirección del PSOE de Málaga le exigió el pasado sábado que abandonara sus cargos en la Ejecutiva Provincial, donde era vocal de Política Institucional, después de fuertes presiones de destacados militantes a pesar de la resistencia del político en dejar el cargo.
La retirada de González de sus responsabilidades pone en la picota a su íntimo amigo José (Pepín) Sánchez Maldonado, consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía, que confió en él para llevar a cabo el proyecto de la construcción sostenible, uno de los planes estrella de Díaz, presupuestado en 200 millones de euros entre 2014 y 2015.