Juan Cruzado (Diario Sur).
El grupo malagueño Vértice, propiedad de Juan Cruzado y Jesús Gallardo, exsocios y examigos que mantienen un largo litigio judicial por el control de la compañía, logró un crecimiento exponencial en su facturación gracias a adjudicaciones millonarias en cursos de formación facilitados por la Federación de Comercio, Hostelería y Turismo de Comisiones Obreras. Según declaró a El Confidencial un exresponsable de la compañía, el dinero que el sindicato otorgó de una manera directa al Grupo Vértice se podría elevar “al menos a 150 millones de euros en 16 años”.
Cruzado necesitaba de aliados políticos para conseguir ese negocio. Para ello, promocionó de una manera constante a Alfonso Ochoa Oliva, sobrino de Francisco Oliva, consejero de Trabajo de la Junta de Andalucía con Manuel Chaves entre 1990 y 1993, hasta situarlo como uno de sus principales directivos como consejero delegado de IDE Instituto y Desarrollo Empresarial, una de las empresas de Vértice, después de haber sido “director de Empresa de IDE”.