El hombre empieza a resoplar. “Estoy enfermo, yo no puedo estar aquí”, confiesa el vocal primero, de cincuenta y tantos años. El vocal titular no apareció. El vocal segundo le pregunta si posee un certificado médico para abandonar su obligación democrática. “No, si yo pensaba que no me iba a tocar”. Al final, hay un sorteo a cara o cruz. El hombre resopla de alivio. “Ahora me voy a tomar la pastilla”. Y se va. Ya tan tranquilo.
Son las 8.20 horas y acaba de constituirse la mesa electoral del Centro de Mayores de Pedregalejo, un barrio interclasista de Málaga, con una clase popular, de pescadores, en la zona de casas bajas y blancas junto al paseo marítimo; frente a la zona de calle Bolivia y Juan Sebastián Elcano hacia Pedregalejo Alto, de clase burguesa, pudiente, donde estaba la casa familiar dela imputada Magdalena Álvarez, que ha votado por correo (hasta hace un par de años estaba empadronada aquí).