La crisis ya era galopante y empezó a caer en picado el negocio de los cursos de formación. El Grupo Vértice, que fue líder nacional de su sector, decidió despedir en masa a su plantilla en 2011. En apenas seis meses realizó un ERE encubierto que afectó al menos a 300 personas. “Aunque en algunos casos oficialmente les correspondían 20 días por año la empresa les pagó una pasta, 45 días por año a todos, para callar a la gente y que no se generara un conflicto laboral que se hiciera público”, apunta a El Confidencial un exdirectivo del grupo, con base en Málaga y que en Madrid compartía oficinas con Comisiones Obreras en la zona de Conde Duque.
“Vértice siempre indemnizaba con 45 días por año, incluso cuando cambió la legislación laboral. Lo apañaban mediante una denuncia por presunto despido improcedente, que en realidad era un paripé, y finalmente llegaban a un acuerdo en el acto de conciliación”, cuenta un trabajador que hace varios años dejó la empresa. Y añade: “Querían evitar a toda costa la mala prensa; les daba pánico que se hablara mal de ellos”. Llegó a tener 15.000 empresas como clientes en toda España y un millón de alumnos en los cinco continentes.