Los grandes amos del IBEX 35 se rindieron (Botín, Alierta…). Y dos Reyes (Juan Carlos I y Felipe VI). Rubalcaba y Pedro Sánchez mostraron pleitesía sin fin a la lideresa absoluta del socialismo andaluz y referente sin discusión del PSOE nacional. Nadie duda que este ha sido el año de Susana. Díaz completa su primer aniversario en la Junta de Andalucía convertida en una maestra eficaz de la política de gestos y de marketing que recuerda a la diseñada por Rodríguez Zapatero, pero mucho más pragmática: “Quiero oír lo que dice la calle y gobernar con luces largas”, prometió. Le gusta el cara a cara y hablar sin intermediarios.
La presidenta se apoya día a día en Máximo Díaz Cano, su gran estratega, un asesor brillante. El cerebro. Díaz Cano, secretario general de la Presidencia, le aconseja no sólo en el plano institucional, sino en el orgánico. Este exnúmero 2 en el Gobierno socialista de Castilla-La Mancha es el diseñador del lanzamiento nacional de Díaz, el que vio las inmensas posibilidades de su jefa (tenía un plan: quería ser secretaria general del PSOE y podría haber abandonado la Junta) tras la orfandad evidente que mostraba por el tardoRubalcabismo.
Uno de sus colaboradores más cercanos relata a este diario el cambio de Díaz,el paso de catequista killer a número 1 de la Junta. Es una esponja: lo asimila todo y posee una gran memoria. “De la Consejería de Presidencia a ser presidenta hay un mundo. Susana ya juega en la Champions. Trabaja a destajo. No tiene horas ni fines de semana. Su despacho es su teléfono móvil”, indica. “Hay mucha diferencia entre trabajar con Pepe Griñán y la presidenta. Por edad, por experiencia… Una cosa que quizá muchos no saben es queescribe gran parte de sus discursos y los que se les da hechos los modifica y corrige mucho”, apunta otro miembro de su equipo.