La antigua Unicaja se liquida este viernes. Será la última asamblea de una histórica caja que ha sobrevivido a fusiones, fracasos de alianzas y test de estrés. Lo que no ha podido evitar su presidente, Braulio Medel, es verse amenazado por un inquietante presagio judicial: su imputación en el caso ERE por parte de la juez Mercedes Alaya. También se enfrenta a una fianza por responsabilidad civil valorada en 482.790 euros. Alaya tramita ya el embargo de las propiedades del número 1 de Unicaja Banco.
Medel espera con impaciencia la resolución de la Audiencia Provincial de Sevilla al recurso presentado por su defensa, que esgrime la supuesta incompetencia del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla para instruir el escándalo de corrupción frente al Tribunal Supremo. La magistrada imputó al veterano directivo financiero por su permanencia en el consejo rector de la agencia IDEA, la pagadora de las falsas prejubilaciones de los ERE, entre 1999 y 2008.