Al mal tiempo, excelente negocio. Hace un año el precio del kilo de un aceite virgen extra se situaba en los 2,4 euros. Hoy se puede vender por 3,5. “Ya se gana dinero y es un precio interesante para el agricultor, pero como la cosecha es corta te obliga cada vez más a producir un aceite de una gran calidad”, explica a El Confidencial José Vázquez, responsable de aceituna de mesa de Asaja (Asociación de Jóvenes Agricultores) en Sevilla.
Con una cosecha testimonial de 800.000 toneladas, las ventas se mantienen a un nivel bastante alto. Ayudan el consumo interior y las exportaciones, aunque se pueden producir problemas de abastecimiento de aceite. “La rentabilidad será buena, pero es una pena que la producción se haya quedado tan corta. Lo que sí ocurrirá es que la situación nos servirá para consolidar las ventas con precios razonables. Cuando la cosecha se normalice, arrancaremos sin stock”, señala Vázquez.